miércoles, 22 de diciembre de 2010
martes, 21 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
en el techo
sábado, 18 de diciembre de 2010
viernes, 17 de diciembre de 2010
jueves, 16 de diciembre de 2010
martes, 14 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
domingo, 12 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
la estatua
viernes, 10 de diciembre de 2010
miércoles, 8 de diciembre de 2010
puerto deseado
martes, 7 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
martes, 30 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
5 minutos más
lunes, 18 de octubre de 2010
pensar en nada
viernes, 15 de octubre de 2010
recreo
sábado, 9 de octubre de 2010
tiempo
jueves, 30 de septiembre de 2010
la nada misma
miércoles, 15 de septiembre de 2010
pequeñas cosas - 2
lunes, 30 de agosto de 2010
encrucijadas
A veces siento que tengo cierta atracción magnética hacia las crisis existenciales. Si, en serio. Las crisis y yo somos como uña y carne. Dramatizaciones, exageraciones, tergiversaciones de las situaciones comunes y corrientes de la vida, elevadas a tal nivel que la vida propia parece volverse la peor tragedia que existió jamás sobre la tierra. Pero tiene una explicación, además del hecho de que sea mujer y eso ya de por sí le de bastante drama a mi vida: resulta que el estrés para mi -y seguramente para unos cuántos más- es como un par de anteojos 3D, solo que en lugar de hacerme ver un mundo tridimensional me hace ver todo lleno de defectos insoportables y sin solución -y cuando digo todo realmente quiero decir TODO-. De repente adquiero la muy poco útil habilidad de encontrar el peor y más odioso lado de cada retorcido aspecto del tiempo y espacio que habito.
Por suerte cuando termina la crisis me puedo sacar los anteojos, ajustar la vista, enfocar y todo vuelve a la normalidad.
Pero también existen las crisis en las que, aunque me saque los anteojos, sigo viendo defectos y problemas por doquier. Esas sí son un problema mayor. Pasan de ser crisis a terribles encrucijadas en las que me pregunto: ¿y ahora qué hago?
miércoles, 18 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
otra vez por los cielos
sábado, 7 de agosto de 2010
por los cielos
Quisiera ir por la vida, caminando por la calle y rondando por los pasillos de la facultad dejando una estela de vapor de agua a cada paso que doy. Así, como los aviones en el cielo, y preocuparme sólo por las nubes que desarmo al pasar, las ciudades y lugares que voy dejando atrás, los rascacielos que parecen rozarme la panza, los pájaros que intentan alcanzarme, y los superhéroes que andan volando por ahí amagando a chocarme. La vida sería bastante más fácil, creo yo.
Pero sería aburrida.
jueves, 5 de agosto de 2010
de la niñez y toda la vida
- Che, me dijeron que ese lugar que te vio reír, llorar, caerte al agua y aprender a nadar -estilo perrito, por supuesto-, correr en la oscuridad de la noche para huir de posibles monstruos asesinos, hamacarte, tirar El Noni al agua y despedirte de él para siempre, explorar la jungla de atrás, hacer esculturas de barro, pescar, rascarte cientos de picaduras de mosquitos al mismo tiempo, alimentar a los perros, juntar leña, flotar por el río en un cisne inflable -y a veces en una colchoneta medio-pinchada-, fantasear con historias en las que eras amiga de Simba y comer mermelada de ciruela casera, ese lugar que te vio crecer te extraña un poco. Dice que hace bastante que no lo vas a visitar. ¿Vos no lo extrañas?
- Bueno, la verdad es que si. Un poquito lo extraño. Pero ya lo voy a ir a visitar, lo prometo.
lunes, 26 de julio de 2010
pequeñas cosas
sábado, 24 de julio de 2010
otro mal día
El problema no es que llore sin entender del todo por qué. Si son celos ridículos, cansancio mental -solo mental, porque físico es físicamente imposible-, aburrimiento de tanto evadir mis deberes, o angustia de esas que me suelen agarrar una vez al mes. El problema no es que me sienta mal y enojada conmigo misma por algo que hice o dije sabiendo que no iba a hacer feliz a nadie, y mucho menos a mi.
El problema es que pareciera que eso que yo tanto critico y detesto en los demás a veces me abraza bien fuerte, sin dejarme ir, convirtiéndome en nada mas y nada menos que un ser hipócrita más en este planeta decadente.
Y yo que tenía la esperanza de ser una persona decente...
Por suerte y gracias a la vida, todavía me queda la esperanza de que todo esto sea producto de mi pesimismo por excelencia, ese que me agarra cada tanto, me pega unas cuantas cachetadas y me deja llorando por algún rincón.
Pero es solo la esperanza.
viernes, 23 de julio de 2010
ny
Igual nunca nadie me dice eso. Solo lo pienso: en esa ciudad en la que el subte respira.
miércoles, 14 de julio de 2010
otra vez
Saber que está mal. Querer evitarlo. Tratar. Volver a tratar.
Pero no se puede negar lo que se siente. Si me pone feliz, me pone feliz y punto. Si me molesta, por mas que actue -o eso intente- va a seguir molestándome. Incluso sabiendo que está mal que me moleste. Son caprichitos de nena.
Basta, nena. Madurá y dejá de hacer caprichitos. ¿O será que lo haces por diversión? Qué estupideces.
martes, 6 de julio de 2010
luz
Una luz tan tenue que no te despierta si estas tomando una siestita. Pero tan fría que ni por casualidad te invita a dormir.
lunes, 5 de julio de 2010
fluir de una siesta
Frío. Lluvia. Calefacción apagada. Imágenes de la noche anterior. La puerta entrecerrada. Cortinas bajas. La almohada a la que tantos secretos le conté. Un peluche de cuando era chica -o no tan chica- entre los brazos. Pensamientos de tareas sin resolver. El cansancio arrastrado del fin de semana. La computadora a mis pies. Párpados pesados. Respiración más pausada. Y el recuerdo de una torta de chocolate en un café de algún lugar de Europa.
jueves, 1 de julio de 2010
un mal día
Apretar los puños hasta sentir el dolor de las uñas clavandose en la piel.
Morder con tanta fuerza que siento que los dientes se me van a quebrar.
Ganas incontenibles de patear, golpear, y romper cosas.
Enojo. Bronca. Mucha bronca.
Muy pocas veces me pasó, pero me pasó.