Si paras un segundo podes ver muchas cosas. Encontrar detallitos que llaman la atención y hacen sonreír. Si dejás un segundo lo que estás haciendo y miras a tu alrededor podes llegar a ver cosas sorprendentes que quizás siempre estuvieron ahí y nunca las notaste. Cuando llega el momento de notar esas cosas es siempre un buen momento. Son pequeñas cosas que hacen de un día común y corriente un día ni tan común ni tan corriente. Por ejemplo, algo tan simple como un cielo hermoso duplicado.
Sólo es cuestión de parar y ver.
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